sábado, 5 de enero de 2013

El poder de la oración sin petición

No entendía del todo eso del agradecimiento en las oraciones o afirmaciones metafísicas, ¿por qué agradecer por algo que aún no se me ha dado pero que debo asumir que ya tengo aunque no lo vea? Y escuchando las reflexiones de Gregg Braden, comprendí que al hacer una plegaria a Dios, o al universo, o como quieran llamarlo, se debe sentir que ya tienes lo que querías, pues agradecer sin sentir no tiene sentido. Cuando pides o suplicas algo, estás afirmando que no lo tienes, que no existe, y eso es lo que el universo refleja en tu vida. Pero cuando afirmas algo, estás manifestando en palabras tu deseo de lo que quieres que se manifieste aquí y ahora, porque realmente ya existe, solo debes percibirlo manifestado, y si no agradeces por lo que ya tienes, entonces va a ser bien difícil cumplir tu deseo.


Es que realmente todo existe, la luz existía antes de ser descubierta, ¿o es que acaso la electricidad deja de existir por no haberla descubierto? Si se descubrió es por que ya existía, si analizamos la palabra, “descubrir” es algo así como quitar lo que está cubierto, algo que no había sido visto pero que existía, alguien o algo lo había creado y no por azar lo descubrimos. Entonces, eso me hace pensar con mayor fuerza, que todo existe, y que por ello debemos enfocar nuestras plegarias más allá del agradecimiento, deben nacer del sentimiento, del corazón, del sentir la conexión entre nuestras emociones y pensamientos. Por eso se nos invita a orar de una manera diferente, a conectarnos con la naturaleza del cosmos, a despertar nuestro amor interno y darnos cuenta que somos más allá de lo que vemos, que nuestra realidad está siendo creada día a día como reflejo propio de nuestros sentimientos, y que arrastramos heridas de otras vidas que contribuyen a nuestra realidad, pero podemos cancelarlas perdonando y pidiendo perdón con el poder de nuestra mente y corazón.

Tomemos 10 minutos diarios de nuestra rutina para enfocarnos en la respiración, para ser conscientes de ella y observar las imágenes ilusorias que trae nuestra mente mientras lo hacemos, observémonos como el observador que somos, sepamos que somos seres duales, pero que la Verdad es una sola: estamos conectados al padre/madre, a nuestro sol central galáctico, y estamos destinados a convertirnos en seres sublimes como lo son ellos ahora.

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